Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel REPSA

La UNAM tiene dentro de su campus de 730 has., y bajo su resguardo desde 1983, una reserva ecológica de 237.3 has. de extensión que representa el 33% de su superficie total. México es uno de los 12 países que alberga cerca del 10 % de la biodiversidad mundial, el 2 % de ésta se localiza en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA).

Este ecosistema único en el mundo llamado Matorral Xerófilo de Palo Loco concentra especies de plantas, y animales endémicos algunos de ellos de distribución única. La REPSA contribuye a la captación de agua de los mantos acuíferos de la zona con dos billones de litros anuales lo que permite mantener la humedad y la calidad del aire de la zona.

Las 237.3 has. de la REPSA se componen de tres grandes núcleos y trece áreas de amortiguamiento, y para conservarla se realizan continuamente tareas de mantenimiento por lo que se requiere de ayuda constantemente.

Para mas información: Facebook: REPSA Twitter: @REPSA_UNAM http://www.repsa.unam.mx

Lo que hoy es la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) ocupa la superficie que resultó de un derrame de lava durante la erupción del volcán del Xitle y sus bocas adyacentes hace casi dos mil años.

El cronista Alva Ixtlixóchitl describe:

El día Ahui-Quiahuitl del año 8-Técpatl (24 de abril del año 76), el sur de la cuenca de México se estremeció por los sismos, el cielo se cubrió de un polvo grisáceo que ocultó los rayos del sol, mientras que una lluvia de astillas encendidas iluminaba las faldas del Ajusco. Así, una viscosa masa incandescente se abrió paso lentamente arrasando y cubriendo a su paso todo lo que encontraba.

En algún momento la lava se solidificó formando una superficie rocosa de 80 kilómetros cuadrados y con una capa de mas de 10 metros de espesor. Sobre este territorio, y en un área de 730 hectáreas, el gobierno mexicano decidió impulsar la construcción de la Ciudad Universitaria de México en el transcurso de los años 40.

La elección del sitio supuso un reto para la edificación de algo original. La pedregosa ubicación de ese vasto territorio al sur de la Ciudad de México impregnado de lava volcánica y con su particular vegetación, fue inspiración de varios artistas, entre ellos, Diego Rivera quienes vieron un potencial creativo en aquel paisaje que resultaba tan dramático conocido como malpaís. Actualmente de las 730 hectáreas de CU existen bajo resguardo 237.3 has. destinadas a la REPSA.

Hace muchos años los hombres no tenían el fuego y pasaban mucho frío en las noches oscuras de la sierra. Un buen día hubo una gran tormenta con rayos, y allá a lo lejos en una cueva se encendió un gran fuego que era cuidado celosamente por un hombre muy fuerte que se lo había quedado todo para él y no quería compartirlo con nadie más. Los hombres, —medio ateridos de frío— se reunieron en una gran junta y decidieron que era necesario robar una brasa para poder encender su propia fogata para poder mantener su calor y cocinar sus alimentos.

Pero para hacerlo tenían que ser extremadamente sigilosos, de modo que decidieron encargárselo a alguien que fuera un experto ladrón. Es así como fueron a hablar con el tlacuache que tenía fama de ser muy ladrón, ya que con su cola tomaba todo lo que quería, salía corriendo rápidamente y nunca nadie se daba cuenta.

El tlacuache accedió a robarse la brasa para los hombres a cambio de que lo dejaran en paz a él y a sus crías, por lo que un buen día, el tlacuache salió de su madriguera y caminó y caminó hasta que llegó a la cueva del hombre grande y fuerte que tenía el fuego solamente para él, el tlacuache muy hábilmente y engañando al dueño del fuego, le dijo: —Hace días que camino. ¿Puedo quedarme hoy aquí para no pasar frío? Mañana seguiré mi camino.

El hombre grande y fuerte accedió, no desconfió de él ya que ese tlacuache se veía pequeñito y desvalido. El tlacuache se aproximó con cautela, se orilló al lado de la fogata fingiendo descansar y observando atentamente las cosas que hacía el hombre, hasta que de repente, aprovechando un momento de distracción del hombre, tomó rápidamente una brasa con la cola y salió a toda velocidad de la cueva. El dueño del fuego se dió cuenta, corrió tras él para intentar quitarle la brasa, corrió y corrió pero ya no logró alcanzarlo.

El tlacuache siguió corriendo velozmente, y en su camino iba repartiendo rápidamente a todos los hombres el fuego hasta que todos estuvieron contentos, aunque con ello la punta de su cola se fuera quemando. Los hombres quedaron felices, por fin podrían cocinar sus alimentos y en las noches tendrían fuego para mantenerse calientes alrededor de las fogatas.

Al tlacuache le agradecieron su valentía y cumplieron en dejarlo en paz a él y a sus crías. La brasa quemó la punta de la cola del tlacuache y así quedó pelada para siempre.

Para llegar…

Pumabús Rutas 4, 6, 10 y 11 parada “Jardín Botánico”

Para el acceso al jardín botánico exterior “Vivero Alto” que se ubica sobre elCircuito Deportivo, a la entrada del Instituto de Biología.

Pumabús Rutas 4, 6, 10 y 11 parada “Invernadero”

El Jardín Botánico esta integrado también por el Invernadero “Faustino Miranda” ubicado dentro del área escolar de CU en el Circuito Exterior.

Acceso

VERANO

Lunes a viernes 9:00 a 17:30 hrs.

Sábado: 9:00 a 15:00 hrs.

INVIERNO

Lunes a viernes 9:00 a 16:30 hrs.

Sábado: 9:00 a 15:00 hrs.

CERRADO

Días festivos, Semana Santa, vacaciones de invierno y vacaciones universitarias (mes de julio).


Fundado en 1959 el jardín botánico exterior “Vivero Alto” se ubica dentro del núcleo poniente de la REPSA y pertenece al Instituto de Biología de la UNAM. Su misión es investigar la utilización, el manejo y los valores culturales de la flora mexicana en general y de algunas familias botánicas en particular (Agavaceae y familias afines, Arecaceae, Cactaceae y Orchidaceae) desde el punto de vista histórico, su situación actual y futura, promover la conservación in situ y ex situ de las plantas basadas en la investigación y difundir el conocimiento a la sociedad y la comunidad académica.

Las colecciones están organizadas en las siguientes zonas: Zona árida; templada; cálido-húmedo; de plantas útiles y zona de la REPSA, a su vez cada zona se divide en secciones de acuerdo a criterios taxonómicos, geográficos, ecológicos, culturales etc.

Para mas información: www.ib.unam.mx/jardin/

Para llegar…

Pumabús Rutas 3 y 10 parada “Espacio Escultórico”

Acceso

Lunes a viernes 7:00 a 18:00 hrs. Acceso gratuito.


Con la idea de llevar a cabo una obra artística interdisciplinaria que impulsara a la escultura que se encontraba rezagada en el país, el escultor Federico Silva, proyecta en 1977 el Espacio Escultórico con la idea original de conjugar ecología y arte. Para ello se seleccionaron a siete artistas universitarios, investigadores del geometrismo estético que ejecutarían la obra, siendo ellos; Roberto Acuña,Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Mathias Goeritz, Hersúa, Sebastiány Federico Silva.

El diseño se basó en la idea de reproducir la imagen cósmica del mundo prehispánico representándolo por medio de un círculo compuesto por 64 bloques gigantes en un perímetro de 120 metros de diámetro. El centro está constituido por un mar de lava en su estado natural y alrededor del círculo hay un jardín formado por la flora del sitio.

El centro del espacio escultórico fue inaugurado el día 23 de abril de 1979 y a un costado se instaló una placa de metal con la siguiente reflexión de José Vasconcelos:

Al crear el hombre el jardín, de hecho separa lo bello de lo útil, en el tránsito del grano a la rosa hay el mismo salto que de la marcha a la danza y de la representación imaginada al dibujo que la plasma.

Para llegar…

Pumabús Rutas 3 y 10 parada “Biblioteca Nacional 2”


La segunda parte del área del Espacio Escultórico es el Paseo de las Esculturas que fue inaugurado el 23 de abril de 1979 con motivo del 50 aniversario de la autonomía universitaria.
La esculturas hechas de diferentes materiales como el concreto o el acero y de diversos tamaños, nos permiten pasear alrededor o a través de ellas. Helen Escobedo afirmaba que Es importante que el espectador interactue con la obra de arte, se identifique y la viva a su modo.
Esta ruta indefinida está conformado por ocho obras dispersas a través del sendero de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, hasta al Centro Cultural Universitario y se conectan entre sí a través de unas veredas.

Para acceder a ellas se pueden ir siguiendo los señalamientos de las obras grabados en placas de concreto.

Sebastián; Tláloc (1978), en náhuatl néctar de la tierra y también conocido como el Dios de la lluvia. Escultura de acero soldado y pintada en rojo que al rodearla se observa en un punto cuatro corazones.

Cólotl (1978), en náhuatl alacrán o escorpión. Escultura de acero soldado y pintada en azul que mide 6.00 x 6.00 x 10.00 mt.

Manuel Felguérez; Variante de la llave de Kepler (1979), escultura de acero pintado, hace alusión al planteamiento de Johannes Kepler acerca de los movimientos planetarios e intenta exponer la mecánica del universo por medio de la geometría y la escultura.

Federico Silva; Ocho Conejo (1980). Estructura de roca que representa el principio y el fin como uno mismo.

Serpientes del Pedregal (1986). Una gran construcción de roca volcánica con una estructura que simula este animal en movimiento y que se extiende desde el Centro Cultural Universitario hasta el circuito Mario de la Cueva.

Mathias Goeritz; Corona del Pedregal, (1980) Escultura gigante de una estructura metálica de 20 metros con cuatro poliedros hechos a base de líneas que convergen en la parte superior.

Helen Escobedo; Coatl (1980), en náhuatl serpiente, Una estructura metálica con forma de serpiente de cuerpo cuadrado en donde los aros “cuadrados” de la escultura con sus colores difuminados le dan movimiento visual a la estructura.

Hersúa; Ave dos (1980). Ferrocemento pintado de anaranjado con líneas geométricas mínimas.